lunes, 21 de marzo de 2011

Las llamas del amor

Recien sacada del fuego de las fallas aquí va una historieta que escribí ayer a petición de un gran amigo. No pude negarme a escribir, con lo que a mi me gusta. Y él me confesó que gracias a mi puede que salve la evaluación, jeje.


Las llamas del amor


Para él no había nada más que aquellas figuras entre las que había nacido y crecido. Se había criado solo entre aquellos extraños muñecos de corcho que de vez en cuando ardían y, poco después, aparecían de nuevo otros similares. Creía que su hogar y su familia no eran más que objetos inanimados que no dejaban de mirarle desde todos los rincones. Hasta que un día encontró uno de esos muñecos que era distinto a todos los demás. Era la primera y única figura que le había hablado.
Al principio creyó estar volviéndose loco. Pero no tardó en darse cuenta de que aquella figura, con forma de una hermosa chica, le estaba hablando de verdad. ¿Era realmente una figura? No podía estar seguro.
Cuando quiso darse cuenta, estaba sumergido en una conversación con aquella chica.
-¿Y qué haces por aquí?- preguntó él
-Aun no lo sé- respondió ella-. Lo último que recuerdo son botes de pintura y alguien que me decía que haría muy bien mi trabajo. Así que supongo que estoy aquí para hacer ese trabajo.
Hablaron durante un rato y, al acabar la conversación, él descubrió que tenía una sonrisa en su cara. Cuando se despidió de ella notó una extraña sensación y deseó volver a verla pronto para ayudarla con su misterioso trabajo.
Al pasar unos días, él no pudo resistir más la tentación de volver a ver esa hermosa cara y la buscó por todos los rincones y entre todos los muñecos del lugar. Hasta que finalmente la encontró... y deseó no haberlo hecho.
Aquella muchahca, su nueva y única amiga, ardía entre inmensas llamas de fuego, desprendiendo el humo más negro que él había visto nunca. Entonces la miró a los ojos, ella le devolvió la mirada, y él lo entendió todo: los botes de pintura, su aparición repentina en la ciudad, y su desconocido trabajo. Al final sí que era verdad que aquella muchacha iba a hacer bien su trabajo. Se quemó como un verdadero ninot. El ninot mas hermoso que él había visto jamás. Y, al mismo tiempo que ella ardía, su corazón se apagaba.
Y desde entonces, él recorre todos los días aquella misteriosa ciudad de muñecos en busca de alguno que le haga sentir lo mismo que le hizo sentir aquella muchacha.
Roberto López: fallas 2011

domingo, 20 de marzo de 2011

La amistad

Bien, han pasado las fallas y estoy aquí de nuevo. Han sido unas fallas divertidas. Todas lo son a su manera. Pero no importa la manera de divertirse, siempre que no falte algo... los amigos. Sin ellos no es posible la diversión.

La amistad

Si, cuando todo va mal y comienzas a desesperar, hay alguien que permanece tu lado… eso es amistad.
Si, cuando tu luz se está a punto de apagar, hay alguien que enciende una vela para ti… eso es amistad.
Si, cuando no sabes que hacer ni cómo actuar, hay alguien que te dibuja el camino… eso es amistad.
Si, cuando estas en un abismo del cual no sabes salir, hay alguien que te tiende su mano… eso es amistad.
La vida está llena de momentos tristes, alegres, intensos, peligrosos, aburridos.... Pero todo es mucho más fácil si tienes amigos a tu lado. Amigos que cuando les eches una mano ellos te echen a sus brazos y sepan que la amistad no nace por el interés… sino por puro placer, por voluntad propia.
Amigos de verdad son los que no necesitan regalar nada para probar su confianza, pues su presencia es el mejor regalo que nos pueden hacer.
La amistad no consiste en devolver los favores, sino en agradecerlos.

Roberto López Cruañes: Yo quisiera tener un millón de amigos

domingo, 13 de marzo de 2011

Inexplicablemente ilógico

El siguiente texto también tiene su tiempo, pero no por ello deja de ser cierto. La inspiración me llegó al leer una frase que dijo John Lennon en su día... una verdad como un templo.

Inexplicablemente ilógico

¿Por qué?... ¿Por qué hay veces que los humanos nos caracterizamos por hacer cosas que se salen fuera de la lógica, del sentido común? ¿Por qué tanto miedo a exteriorizar nuestro amor, cuando no nos cuesta nada exteriorizar la violencia? ¿No debería ser al revés? ¿No debería darnos vergüenza dejar que las demás personas vean lo idiotas que somos? ¿No deberíamos sentirnos bien queriendo a las personas, y que las personas sepan que son queridas? Es decir, nos cuesta decir “te quiero”, y sin embargo, en menos de dos segundos podemos pasar de estar tranquilos a darnos de hostias… ¿Por qué? No tiene sentido.
Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia se practica a plena luz del día”

Roberto López: el mundo al revés (Tributo a John Lennon)